UNA MADRE
Siempre esperando,
con los ojos llenos de ternura,
segundo a segundo divisando,
el camino por donde partió.
reza el rosario,
en compañía de la Virgen María,
cada plegaria se dirige al Santuario,
que lo recibe con tanta alegría.
Aquel hijo, ingrato e indiferente,
los desvelos de su madre los olvidó,
alma que dio su regazo permanente,
con la ilusión de su amor que lo cautivó.
En su rostro está grabado el sufrimiento,
en su alma tiene la comprensión,
el cansancio, la fatiga, el rendimiento,
le conducen a la reflexión.
MI MADRE
sencilla y dulce,
humilde y cariñosa,
mi madre bondadosa,
es una Diosa.
Ella me espera,
con tanta ansiedad,
da su alma entera,
en la inmensidad.
Sonríe al verme,
me agarra, me abraza,
da gracias por tenerme,
mi regazo traza.
Me cuenta el pasado,
con tanta tristeza,
un hecho guardado,
con mucha pureza.
Alumbra mi camino,
fortalece mi alma,
al seguir mi destino,
encuentro la calma.
FIRMEZA DE UNA MADRE
Cargando la leña sobre la espalda,
cargando el agua con tanto esfuerzo,
mi madre llega muy fatigada,
por el trabajo desmesurado.
Desalentada va caminando,
hay varios hijos que alimentar,
ella implora ante la Virgen,
el pan de cada día y la bendición.
En su mirada hay sufrimiento,
en su alma hay compasión,
una esperanza en su pensamiento,
alimenta a su noble corazón.
Mira a sus hijos con regocijo,
con mucho amor y gentileza,
piensa en el mundo, en la pobreza,
ella en su alma tiene riqueza.
DULZURA DE MAMÁ
Los pajaritos trinan alegremente,
al alborear el día,
mi madre se acerca dulcemente,
para hablarme de esa armonía.
Ella está envejecida,
con su corazón lleno de amor,
mujer, madre aguerrida,
que con amor cura el dolor.
Entrega en cada mirada,
amor, paz y esperanza,
siempre está atareada,
apreciando su labranza.
Vigila celosamente,
el sueño de sus retoños,
con la lucidez de su mente,
se prepara para los otoños.
al alborear el día,
mi madre se acerca dulcemente,
para hablarme de esa armonía.
Ella está envejecida,
con su corazón lleno de amor,
mujer, madre aguerrida,
que con amor cura el dolor.
Entrega en cada mirada,
amor, paz y esperanza,
siempre está atareada,
apreciando su labranza.
Vigila celosamente,
el sueño de sus retoños,
con la lucidez de su mente,
se prepara para los otoños.
MI MADRE
¿Quién me espera?
mi madre,
¿Quién me da mucho amor?
mi madre.
¡Un día se hizo un milagro!
y yo nací,
comenzó mi vida,
a la cual amo yo.
Dios encargó ese milagro,
a una mujer,
quién se enfrenta al mundo,
para verme crecer.
¿Quién es esa mujer?
mi madre.
Ella cuida ese milagro,
que el señor lo encomendó.
Me alimenta, me instruye,
me orienta, me valora,
con amor me cura,
y ante la Virgen ora.
TERNURA DE MAMÁ
Madre, que entregas a tus hijos,
amor, comprensión y ternura,
en este mundo insensible,
tú, eres el ser con mucha ternura.
Madre, sin experiencia,
que escuchas el corazón de tu hijo,
en cada latido te dice:
¡Te necesito mamá!
Madre maestra, madre dos veces,
llenas el corazón vacío,
de los niños infelices,
que no tienen a su mamá.
Madre con cabellos blancos,
abuelita con muchos años,
iluminas con tu mirada,
a los niños desamparados.
Mujer, madre abandonada,
con varios hijos que educar,
a veces acongojada,
el mundo entero quieres dar.